Mauricio Pochettino se mantiene fiel al 4-2-3-1 que siempre ha utilizado desde que entrena en el Espanyol. Así se comprobó en el primer amistoso de la pretemporada, en Peralada. La movilidad de los mediapuntas, variando constantemente su demarcación para crear problemas en la marca de los jugadores rivales, volverá a ser la característica principal del patrón de juego del hispano-argentino, que en la sesión preparatoria de ayer se mostró muy activo, pues para el técnico es imprescindible que sus futbolistas se aprendan de memoria los movimientos y sean muy precisos con el balón.
Pochettino trabajó intensamente con dos grupos separados, primero con los defensas y centrocampistas defensivos y luego con los jugadores de ataque. El ejercicio fue el mismo para ambos y estuvo meticulosamente preparado. Antes de empezar, mientras los jugadores hacían ejercicios físicos, Pochettino y Toni Jiménez llegaron solos al campo de entrenamiento y estuvieron un largo rato preparando el circuito. Los futbolistas tenían que culminar con éxito una jugada de ataque basada en la rapidez y la precisión de las combinaciones. Y el técnico estuvo corrigiendo y celebrando de forma diáfana cuando salía bien.
Una prueba más de la obsesión del técnico porque los jugadores cumplan un mismo patrón, que deja libertad sobre todo arriba pero donde, al final, nada es fruto de la improvisación. El técnico seguirá jugando con laterales con proyección ¿aunque le gusta que en ataque, cuando sube uno, el otro se quede resguardando la defensa¿, centrales con capacidad de mover el balón, un doble pivote en paralelo, tres mediapuntas y un delantero creador. El técnico ya tiene muy perfilado el once que empezará la Liga. La única duda está en el lateral derecho. Mattioni es el titular, pero si llega justo al inicio de la Liga, el puesto lo lucharán entre Javi López y Galán.
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