miércoles, 20 de julio de 2011

Entrevista con Héctor Cúper

eldiariomontanes.es (Rafa Torre Poo)

-¿La concentración se está desarrollando tal y como esperaba?

-Sí, bastante bien. Estamos trabajando dentro de lo que habíamos programado. Lo ideal era no tener lesionados y nosotros, de momento, tenemos suerte, aunque hay alguno con pequeñas molestias. Lo que valoro de estos días es la actitud de los jugadores, porque tienen ganas de trabajar, aunque eso es normal con el cambio de entrenador. Mi presencia, al ser nuevo, es un estímulo para ellos.

-Y eso que dicen que es una persona seria.

-Pero yo también soy serio en mi casa. Si habla con mi mujer, se lo confirmará. Pero yo no me doy cuenta. Tal vez no seré una persona súper simpática, pero tampoco creo que la seriedad sea un defecto. Sin embargo, mis hijos también me lo dicen, así que debo de serlo.

-Para muchos, su llegada es lo único ilusionante de esta pretemporada, ¿qué le parece?

-Eso es bueno, porque quiere decir que creen en mí y me gusta. Yo estoy convencido de que entre todos sacaremos la temporada adelante.

-Un entrenador grande en un equipo modesto, ¿por qué?

-Yo nunca me pregunto por qué ficho por un club, lo que pienso es ¿y por qué no? Sé que va a haber dificultades, pero los problemas se pueden solucionar. Yo no encontraba nada negativo para no aceptar la oferta del Racing. Primero, me permite regresar a la Liga española y eso ya es positivo. Y después, hacerlo en un equipo de Primera División. Además, hay muchos clubes que están en esta misma situación y la han superado.

-¿Qué le queda de aquella etiqueta del técnico que llegaba a las finales, pero que las perdía?

-Convivo con ello y a veces charlo con los amigos. Hasta vacilo. Y es que he perdido un campeonato de Liga en Argentina en el último partido, una Liga con el Inter también en el último partido, dos finales de la Liga de Campeones, una final de Copa con el Mallorca, otra con el Aris de Salónica... Son muchas finales. Pero lo que pienso es la suerte que he tenido de llegar a ese último 'bendito' partido. Cuesta mucho trabajo. Seguro que aun así, muchos me envidian.

-Aseguran de usted que es un entrenador de club.

-Yo me adapto rápidamente y veo si hay buenas intenciones por la otra parte. Yo soy el entrenador del Racing y de nadie más. Mi familia, desde hace veinte días, son hinchas del Racing de Santander. Así que, ¿cómo no voy a ser un entrenador de club? Sé entender las situaciones y las comprendo. Si no se puede, no se puede. No me vais a ver llorar en las ruedas de prensa, aunque sé que algún día pagaré por algo que no es culpa mía. Lo asumo.

-¿Qué pensó en su primer entrenamiento al llegar a El Sardinero y comprobar que no había luz en ninguna parte del estadio?

-Intuíamos que íbamos a tener problemas, pero eso fue un accidente. Lo tomamos con cierto humor. Perdimos un entrenamiento, pero no pasó nada más.

-La Ley Concursal le complica mucho más su trabajo, ¿no?

-Lo que he podido comprobar es que esto lleva un protocolo mucho más lento. Me dí cuenta cuando hablé con los dos administradores. Además, he charlado con ellos de fútbol y eso me sorprendió. El ritmo de trabajo es menor, pero las cosas se acabarán haciendo. Si me va a preguntar por los fichajes le digo que yo también quiero que vengan cuanto antes. No me voy a esconder y le aseguro que me gustaría tener ya aquí a uno o dos para que me conozcan y vayan viendo mi método de trabajo.

-Le noto muy optimista.

-Es que aquí, en Austria, nadie se acuerda de la Ley Concursal. Todas las leyes tienen sus cosas positivas y negativas. Si estuviera en Santander, seguro que estaba más pesado con el presidente y con el coordinador deportivo. Pero 'acá' estamos ocupados con el trabajo diario. Aunque eso no quita para que todas las noches llame y pregunte por si hay alguna novedad.

-¿Le decepcionó la espantanda de Toché?

-Toché estaba cerca pero apareció otro club con más potencial económico. Aunque no le voy a engañar, a mí me da algo de 'bronca' porque estuve haciendo fuerza y nos gustaría que los jugadores respondieran al interés que mostramos por ellos, aunque respeto su decisión. Si yo fuese Toché no lo hubiera dudado: Hubiera venido al Racing. Sin ninguna duda. Es probable que haya elegido Grecia por otros motivos, como los económicos o los años de contrato.

-Tras dos semanas al frente del equipo y tras un amistoso, ¿de verdad sigue pensando que tiene un bloque competitivo?

-Sí (risas), pero luego veremos para qué es competitivo.

-¿Le ha dado tiempo a ver lo que tiene en la plantilla?

-Sí, pero no voy a decir nada. Me fijo en los veteranos y también en los jóvenes. Observo todo para hacerme una idea general.

-¿Cuántos fichajes le hacen falta?

-El número de incorporaciones que nos faltan son aquellas que finalmente haremos -responde con ironía-.

-Habla mucho con el presidente y con el coordinador deportivo sobre este asunto.

-Por supuesto, no puedo estar al margen. Ambas partes podemos trabajar por nuestro lado, pero cuando hay un interés hay que aunar posturas.

Descartes

-¿Ya tiene claros los descartes?

-No, de momento sólo estamos mirando si queremos cambiar algo en alguna demarcación, pero aún es pronto.

-El resto de rivales directos se están reforzando. Sin embargo, el Racing aún no ha fichado a nadie...

-A mí, por contra, lo que más me preocupa es el tiempo. Porque si fichas antes tienes más tiempo para trabajar y si no, pues te sacan ventaja. Aunque, como estamos en Ley Concursal, ¡echémosle la culpa a la Ley Concursal! -dice riéndose-.

-¿La cantera es una obligación en tiempos de crisis?

-Es una obligación siempre. Hay que escuchar a los que la conocen de antemano, a la base del club, y después observarla nosotros mismos. La cantera no es sólo para momentos difíciles ni para leyes concursales.

-¿Cuál es el tiempo máximo que se ha marcado para que lleguen los refuerzos?

-A mí me gustaría tenerlos antes de finales de mes para saber con lo que podemos contar. Los delanteros son la mayor urgencia, así que antes del 25, 26 o 27 me gustaría tener alguna incorporación.

-En Santander se habla mucho de Cristian Menéndez.

-Le conozco bien. Es alto, jugador importante, imponente. Sería una buena incorporación, aunque se trabaja también con otros nombres. Yo aún confío en que vendrá alguno a Westendorf antes de irnos.

-Da la sensación de que a este equipo le ha venido bien salir de Santander para aislarse de lo que rodea actualmente al club, ¿no?

-Yo creo que sí. Estoy convencido. Además, aquí también se descansa. En la concentración el futbolista convive, se conoce, come, trabaja, descansa... Eso ayuda a hacer grupo.

-¿Sus pretemporadas son tan duras como cuentan los futbolistas?

-Depende de con quién me comparen. A mí me gusta trabajar duro no sólo durante la pretemporada. Esta parte del año es así. Para eso estamos fuera, con un clima propicio que nos ayuda. No hemos venido hasta aquí para echar una 'pachanga' y jugar unos rondos. Aquí hay que acumular energía y formar el grupo. Además, si todos ellos consiguen completarla, es que no es tan dura como le cuentan.

-¿Qué filosofía de juego quiere para el Racing?

-Me gustaría jugar bien, por supuesto, pero hay una idea confusa porque dicen que soy un entrenador defensivo y no es así. A mí me gusta que mi equipo defienda bien y que sea ordenado, disciplinado y con criterio. Pero yo le pregunto, ¿qué es un jugar bien? Mejor lo dejamos para otra entrevista porque esto es largo de explicar. A ver si se interpreta que jugar bien es dar 350 millones de toques a un balón. Hay equipos que son rápidos, verticales y geniales y otros que tienen posesión como el Barcelona y que también son geniales.

-Se marca algún objetivo concreto.

-Todos sabemos que el objetivo es continuar en Primera. Si alguien me pregunta por algo más, yo frenarme no me voy a frenar. Si puedo ir a por más una vez conseguida la primera meta, lo haré. De todas formas, tenemos que saber qué tenemos y a dónde podemos llegar. Si me preguntas hoy, te digo que el objetivo es la permanencia.

-Volviendo a la pretemporada, ¿Qué equipo se verá el sábado y el domingo ante el Nuremberg y el Hoffenheim?

-Vamos a estar bien, mucho mejor que ante el Burghausen. Más sueltos, con mejor toque de balón, no tan cansados y algo más relajados. Va a ser otra cosa aunque los rivales también serán de mayor nivel.

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