El Mallorca ya sabe lo que es sudar en Oosterbeek, aunque solo fuera por poco más de una hora. La plantilla se ejercitó ayer por primera vez en su lugar de concentración de pretemporada en Holanda tras un viaje que se hizo más largo de lo previsto.
Los rojillos, que partieron de la isla a las 11:45 horas en un vuelo de Air Berlín con destino Amsterdam, llegaron al Hotel De Bilderberg pasadas las 16:30 horas tras recorrer los poco más de cien kilómetros que separan la capital del país de los tulipanes con esta localidad de 32.000 habitantes. No hubo mucho tiempo más que para disfrutar de un buen ágape a base de pasta –en el autocar ya habían comido fruta– y conocer la habitación en la que se instalarán durante los próximos trece días. Probar si internet funcionaba, algo básico en cualquier concentración, quedaba para la noche porque había que descansar unos minutos y enfundarse la sudadera y el pantalón corto.
A las 18:30 salieron de la instalación para montarse en una bicicleta –el vehículo por antonomasia por estos lares– y cubrir los poco más de quinientos metros que les separaba de los enormes campos de entrenamiento que configuran la ciudad deportiva de Oosterbeek –hay siete– a través de un frondoso bosque. Las bromas para ajustar el sillín se sucedieron, aunque hubo final feliz en todos los casos.
Los dieciocho grados que recibieron al equipo fueron la primera buena noticia del ´stage´ ya que se quedan lejos de los treinta de la isla. La segunda, sin duda, fue el excelente estado del césped.
El preparador físico Pep Alomar cogió las riendas del entrenamiento durante los primeros minutos con diversos ejercicios, aunque el técnico Michael Laudrup pronto le relevó. Y eso es sinónimo de balón. El danés, eso sí, incidió a sus pupilos que no quería a nadie que estuviera parado. Solo hubo un ausente de los veintitrés expedicionarios ya que Víctor Casadesús sigue con molestias tras el periplo en Suecia. Le tocará reposar unos días antes de reintegrarse al grupo con normalidad.
Ahora es el momento de acumular kilómetros en las piernas. Los cuatro partidos programados en Holanda –Zwolle, Heerenveen, NEC Nijmegen y Go Ahead Eagles– no van a dejar de ser simples tests. La planificación deja dobles sesiones sobre el césped –a las 10 horas y 17 horas–, más el gimnasio, que se halla en el mismo hotel. Los días de partido solo se trabajará por la mañana, aunque más suave. Lo que está claro es que esto solo acaba de empezar. Los jugadores pueden atarse fuerte las botas. Tocará sufrir. Y mucho.
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