Nino está al caer

diariodenavarra.es
El culebrón de Nino parece estar llegando ya a su recta final. El delantero del Tenerife optó por la oferta de Osasuna hace semanas, pero su fichaje no se ha hecho oficial porque el jugador está teniendo problemas para desvincularse de su club.
El Tenerife le debe dinero de la temporada pasada y para dar por finalizado su contrato hasta el 2013 pretende que el jugador perdone algunas cantidades. El club canario bajó a Segunda División B y atraviesa una situación financiera muy complicada.
Hasta ahí nada nuevo. Las novedades en el caso están en las declaraciones que ayer hizo el propio jugador a Radio Marca Navarra. Nino aseguró que el Tenerife le debe toda la ficha de la temporada pasada -alrededor de un millón de euros brutos-, pero se mostró muy optimista en cuanto a la solución del caso. "Estoy esperando, sin forzar mucho las negociaciones, pero quiero terminar en Osasuna en dos o tres días", aseguró ayer en la emisora navarra.

Listo para la pretemporada
Hasta ahora la solución del enredo no parecía sencilla. Su amigo Marc Bertrán no quiso el pasado miércoles hablar mucho del tema en su presentación como nuevo jugador de Osasuna. Tampoco Martín González se atrevió a fijar una fecha en la que se pudiesen arreglar los problemas para la salida de Nino.
Así pues, todo indica que esta misma semana el tema podría quedar arreglado y Mendilibar tendría al delantero que está esperando disponible desde el primer día de pretemporada previsto para el 12 de julio.

Marco Capuano, el último en salir

En algunos medios italianos se relaciona estos días a Marco Capuano, lateral izquierdo de 19 años del Pescara (Serie B italiana), con Osasuna. Se trata de un jugador muy joven que ha realizado una buena temporada en Segunda y que en los últimos días está sonando como refuerzo del Atalanta y del Cesena, entre otros equipos, casi todos ellos de la liga italiana.

Osasuna niega que haya interés en fichar a Cisma

Estupor. Esa es la palabra que mejor define cómo sentó ayer en Osasuna la noticia publicada por el diario As que aseguraba que el club rojillo estaba intentando el fichaje de Domingo Cisma, lateral izquierdo del Racing.
. "Sabedor de las dificultades económicas por las que atraviesa el club cántabro, Izco (que ha recibido una inyección de seis millones de euros por el traspaso de Monreal) podría haber preguntado a Pernía por la posibilidad de fichar a Cisma, al que le quedan tres años de contrato con el Racing. Ambos presidentes, que mantienen una buena relación personal, han comido juntos dos veces en la última semana en Santander", asegura el rotativo madrileño.
El nombre de Cisma sonó con mucha fuerza la temporada pasada cuando era jugador del Almería, y de hecho el jugador llegó a comprometerse verbalmente con Osasuna. Sin embargo, Cisma finalmente se marchó al Racing de Santander y el club rojillo se sintió engañado por Pablo García Quilón, representante de Cisma, y por el propio futbolista.
"Teníamos todo cerrado, con la comisión y el sueldo del chaval. Se va al Racing porque le pagan 220.000 euros más. Creía que su agente era un tío serio y nos la jugó; no es la primera vez. Cisma era necesario pero no es la panacea...". Esas fueron las palabras que pronunció el año pasado Patxi Izco después de frustrarse la operación.
Izco comió con Pernía
Por eso en Osasuna niegan cualquier tipo de interés en Cisma, aunque la escasez de jugadores para el lateral izquierdo sea evidente en el mercado. Este extremo fue confirmado ayer por el propio jugador, que en contacto con este diario, negó que Osasuna se hubiese dirigido a él en los últimos días para intentar su fichaje. Sobre si le agrada la idea de poder venir a Pamplona, el futbolista evitó pronunciarte. "No te voy a decir nada sobre eso", fueron sus únicas palabras.
Lo que sí es cierto es que el presidente rojillo, Patxi Izco, comió la semana pasada con Francisco Pernía, presidente del Racing, con quien mantiene una buena relación. Ése fue además el motivo de la comida. El Racing está en una situación económica muy mala después del esperpéntico paso por Santander del magnate indio Ahsan Ali Syed, y prácticamente toda su plantilla está en venta para poder hacer frente a las numerosas deudas que el indio se había comprometido a pagar antes de dar la estampida.