jueves, 21 de julio de 2011

Bielsa arranca con victoria

elcorreo.com (Robert Basic)

El primer partido de Marcelo Bielsa en el banquillo del Athletic se saldó con una cómoda victoria. Un regalo de cumpleaños por adelantado para el rosarino, rostro de la seriedad incluso en el éxito, que hoy soplará 56 velas. Los rojiblancos se impusieron al cansancio y al Alzira, y cerraron con oficio su estreno veraniego. Trámite cumplido. Fernando Llorente se erigió en el protagonista de la noche al marcar dos de los tres goles de su equipo -Carlos Gurpegui fue el encargado de inaugurar el marcador- y asfaltó el camino hacia el triunfo. Todavía queda mucho por recorrer hasta que la temporada oficial arranque a mediados de agosto.
Las pruebas de verano son como un experimento nuevo. Hay que romper muchas retortas hasta dar con la fórmula exacta. Articular una propuesta definida y defenderla con convicción bajo el paraguas de Bielsa. El Alzira fue la primera gota que cayó sobre el tejado del rosarino y se evaporó al entrar en contacto con la estructura rojiblanca. El Athletic, con muchos kilómetros en las piernas y los pulmones abrasados por el sol, impuso la lógica y evidenció la diferencia de categoría ante un conjunto de Tercera División. El resultado era lo de menos, sobre todo a estas alturas de la película que pretende rodar el 'míster' de Rosario, pero nunca viene mal empezar con un triunfo. Reconforta.
Había mucha expectación por ver al Athletic de Bielsa. Después de una semana de intenso trabajo físico e interminables sesiones de carrera continua, el balón echó a rodar en el Luis Suñer Picó de Alzira. Las gradas eran rojiblancas. A veces la ilusión es contable. Numerosos aficionados se desplazaron al estadio levantino para asistir al nacimiento de una nueva forma de entender el fútbol. Fotografiar su estado embrionario para luego asistir a su evolución. A falta de novedades sobre el 'verde', con la excepción del debut de Ander Herrera, todas las miradas buscaban el banquillo visitante. Ahí estaba el preparador rosarino, que apenas salió del banquillo de visitante. Libreta, bolígrafo y notas. El fútbol también se dibuja.
Sensación de familiaridad
Bielsa confeccionó un 'once' inicial que nada tenía que ver con las estampas de Oliva. El dibujo sí devolvió una sensación de familiaridad. El Athletic formó en principio con un 4-3-3, con Herrera por delante del doble pivote -Orbaiz e Iturraspe-, que gracias a su elasticidad se estiraba por momentos hasta un 4-2-3-1. Una clara apuesta por el dominio y el fútbol ofensivo que, sin embargo, no se tradujo en un manejo fluido de la pelota por parte del cuadro visitante. Los futbolistas rojiblancos tiraron del oficio para tumbar a un Alzira valiente, que tuteó al león en la primera mitad. Luego cayó aplastado bajo el peso de la lógica.
Hubo dos partidos en Alzira. Un par de 'onces' diferentes para cada uno de los 45 minutos del encuentro. Tiempo suficiente para ir asentado los conceptos y automatizar las conductas, además de dar minutos a jóvenes como Saborit, Guillermo y Ruiz de Galarreta. Los tres cumplieron con corrección. El caso es que las ocasiones iban y venían. Ibai estrelló el balón en el larguero al saque de un córner y, segundos después, Susaeta regaló un caramelo a Igor Martínez y el delantero falló en boca de gol. Maldijo su suerte y siguió con sus movimientos eléctricos. El encuentro marchaba más o menos igualado hasta que apareció Gurpegui. Lateral derecho ayer. El comodín de Andosilla, una vez más. El navarro aprovechó una buena asistencia de Ander Iturraspe y, ya en el área, cruzó con la zurda al palo derecho. Melón abierto.

Iturraspe, todo el partido
El Athletic se soltó un poco más en la reanudación y el Alzira notó el peso de los rojiblancos. Excesivo para sus huestes. Nada más comenzar apareció Llorente para dejar su firma en el Luis Suñer. Corría el minuto 55 cuando David López sacó un córner en busca de la testa del riojano. La encontró y el '9' batió al meta local de un certero cabezazo. Lo celebró. Gol como alimento vital. Repitió poco después, cuando sólo tuvo que empujar el pase regalado por Castillo. Bielsa vio lo que quería y retiró al campeón del mundo. 32 minutos bien aprovechados. A Iturraspe le dio los 90, el único que jugó todo el partido. El caso es que el marcador no volvió a moverse. La primera vela apagada en la tarta de Bielsa.

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