miércoles, 13 de julio de 2011

Se entrenó a pesar del mal tiempo

eldiariomontanes.es (Marcos Menocal)

Apareció el balón en medio de la tormenta. Fueron apenas 35 minutos, pero los jugadores lo agradecieron, pese a que lloviera. Héctor Cúper no cambió mucho el guión y la doble sesión de trabajo con la que obsequió a la plantilla ayer en El Sardinero se basó en una importante carga física. Sin embargo, por la tarde, la última parte del entrenamiento se la dedicó a combinar la 'paliza' física con aspectos técnicos acompañados de balón. Fue testimonial la presencia de la pelota y tiene toda la pinta de que ese será el denominador común del trabajo esta semana. La sesión matinal, pasada por agua, comenzó madrugadora: A las 9.30 horas, los jugadores saltaron al campo en medio de un importante aguacero. La tormenta veraniega que asoló Santander ayer fue testigo de las primeras carreras. No estuvo Torrejón, que con una rotura fibrilar estará apartado del trabajo los próximos días, ni tampoco Ariel que sigue con permiso del club. Completó la lista de ausencias 'Tato', el chaval del filial que con molestias en la garganta se pasó el día de baja. El resto se mojó, sudó y corrió. Segunda paliza del año. Cúper también se escribe con 'C' de correr.
Ángel Puebla, preparador físico, fue el encargado de dirigir la sesión matinal. Carrera contínua a diferentes intensidades y con distintas duraciones y muchos estiramientos fueron los ingredientes de la primera cita diaria. Gonzalo Colsa y Óscar Serrano continúan su recuperación apartados del trabajo en grupo. El cántabro no tiene plazo para volver, pero trabaja para incorporarse cuanto antes. En el caso de Serrano, ayer fue uno de los primeros días en los que al catalán se le pudo ver tocando el balón. Fue en la soledad, como en los últimos seis meses, acompañado tan sólo de Manuel Ruiz Cueli, el recuperador, y fue minutos antes de que llegara el resto del equipo. Pero, al menos, el centrocampista empieza a reconciliarse con el esférico. El de Blanes se encuentra en una fase avanzada de su puesta a punto, pero también es la más delicada. «No quiero correr más de de la cuenta. Se por experiencia lo que puede pasar», declaró.
La pelota, por la tarde
La carga física continuó por la tarde. Fue más amena la sesión vespertina, pero, en cualquier caso, duró dos horas y diez minutos y tuvo una hora y media de gimnasio y 35 minutos de campo. Los cerca de 50 aficionados que se dieron cita en El Sardinero esperaron con paciencia que saltara el equipo al césped. La espera tuvo recompensa y a las 19.00 horas. Manolo San Juan, utillero, confirmó la noticia: «Tienen las botas preparadas. Ahora saldrán». Algunos habían comenzado su marcha del estadio, pero decidieron quedarse. Héctor Cúper fue el primero en aparecer. Lo hizo con playeras y con sus inseparables gafas con una goma que le rodea la cabeza y permite que no se le caigan. «Un balón cada dos», fue lo primero que se le pudo escuchar al argentino. Eso sí, primero les obsequió con unos sprines cortos para potenciar la velocidad. A continuación, por fin, apareció el balón. Fue algo más de media hora y el trabajo se combinó con ejercicios de endurecimiento. «Me tumbo. Hago así y salgo corriendo. El compañero me tira la pelota», indicó Cúper a la plantilla, al tiempo que escenificaba cada uno de los ejercicios. El argentino tomó el mando de la sesión en el momento en el que apareció la pelota. «Dile a José que saque unas sudaderas», gritó Cisma al banquillo. Hacía fresco en El Sardinero y con la sudada que llevaban, alguno podía quedarse frío. El menú de hoy: Doble sesión.

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