«Tengo muy buenas expectativas», afirma el técnico tras el primer entrenamiento del nuevo Sporting. Manuel Preciado valora por encima de los fichajes la continuidad del grueso del bloque.
Su tez morena y su energía evidenciaban las bondades de su retiro vacacional, muy cerca de la playa, repartiendo días con su círculo más íntimo entre Santander, Valencia e Ibiza. El grueso tono de voz de Manuel Preciado se dejaba escuchar bien temprano en todas las esquinas del campo número 2 de Mareo, donde el nuevo proyecto del Sporting comenzaba a caminar el mismo día, precisamente, del aniversario del mayor éxito del fútbol español.
Dos horas después, en torno a las 11.40 horas, con los futbolistas asimilando en el vestuario la primera carga de trabajo bajo la tutela de Gerardo Ruiz y tratando de recuperar el aliento, el cántabro, que portaba una favorecedora sudadera roja, cortesía de la firma Kappa para los técnicos y auxiliares, repartía abrazos a los conocidos y firmaba autógrafos a los desconocidos justo antes de comenzar su primera rueda de prensa del año.
Caminaba todavía con dificultad por la intervención a la que había sido sometido semanas atrás. Pero, pese a la incomodidad que le provocaba su tobillo, que se llevó la peor parte de un agresivo y añejo encontronazo con Voro, en la actualidad delegado del Valencia, mantenía su buen humor. «¿La nueva indumentaria? Estoy muy cómodo, pero a mí me queda bien hasta un 'buzo'», comentaba entre risas.
Acomodado en la sala de prensa de Mareo, con alguna broma dirigida hacia los periodistas para retomar la relación -«otro año de aguantaros», soltaba con una sonrisa pícara-, el técnico cántabro comenzaba a diseccionar las líneas maestras de su nuevo proyecto y a abordar, sin titubeos, todos los frentes que se le planteaban en el horizonte.
Preciado se mostraba agradecido por la nómina de futbolistas que tenía en la plantilla y, sobre todo, algo a lo que recurrió varias veces durante los casi quince minutos de intervención que protagonizó, por la continuidad del grueso del bloque. «Estoy con mucha ilusión y un gran ánimo. Es una gozada volver aquí y ver a un equipo prácticamente hecho. Entrar en el vestuario y ver las mismas 'jetas' es un buen punto de partida y si a esto añadimos que la gente que ha venido nos va a ayudar en todo... Tengo muy buenas expectativas. Puede que haya alguien que se vaya o que venga, pero la base es un noventa por ciento de los futbolistas del año pasado», confesó de inicio.
Avaló la contratación de Ricardo León y de Óscar Trejo -del argentino dijo que era un futbolista «espectacular y diferente», educado en la filosofía de fútbol que mamaron Carmelo y De las Cuevas-. Y, de la evolución de la charla surgieron Armenteros, André Castro y José Ángel. Varios nombres que se apilaron encima de la mesa en busca de respuestas. «Vamos a ver si se marcha alguien o no, pero todos sabemos que la salida de Diego Castro deja abierta la posibilidad de que pueda venir alguien, pero ahora mismo, con el equipo que hay, podríamos empezar a competir perfectamente», explicó, antes de reconocer sobre el argentino que «está ahí desde hace mucho tiempo, pero cuando se hace mucho ruido a veces es contraproducente. Tenemos fe en que pueda venir, pero no es fácil».
Optimismo con André Castro
Más optimismo evidenció con el futbolista del Oporto: «Sé que lo último que hay es, si no se queda en Oporto, que parece que no está fácil que se quede, vendrá. Parece que va por buen camino». Y, sobre la incursión de Álex Menéndez en la pretemporada y la opción de que continúe en el equipo cuando comience el curso deportivo, reconoció que «mi apuesta es que el chaval esté, pero va a depender más de él». No obstante, también dejó entrever que espera alguna salida y, en ese sentido, aseguró que «no tengo ningún número en la cabeza, pero no es recomendable tener todas las fichas ocupadas (el límite está en 25). Lo que sí vamos a tener es dos jugadores por puesto y eso está bien».
Durante uno de los ejercicios de ayer, el técnico hizo que los futbolistas trabajaran por demarcaciones. La curiosidad quiso que en el grupo de los delanteros estuviera Nacho Novo y en el de los centrocampistas Óscar Trejo. Pero Preciado desvió la atención para evitar encasillarles con un irónico «eso es para engañaros».
Preguntado por sus registros en el banquillo del Sporting, club en el que cumplirá seis temporadas, además de ser el entrenador de Primera que más tiempo lleva en la actualidad al frente del mismo proyecto, el técnico recordó que «alguno tenía que haber y si soy yo, pues mejor. Parece mentira que después de tanto tiempo mantenga la ilusión del primer día o incluso más y que no se hayan cansado de mí».
Dos horas después, en torno a las 11.40 horas, con los futbolistas asimilando en el vestuario la primera carga de trabajo bajo la tutela de Gerardo Ruiz y tratando de recuperar el aliento, el cántabro, que portaba una favorecedora sudadera roja, cortesía de la firma Kappa para los técnicos y auxiliares, repartía abrazos a los conocidos y firmaba autógrafos a los desconocidos justo antes de comenzar su primera rueda de prensa del año.
Caminaba todavía con dificultad por la intervención a la que había sido sometido semanas atrás. Pero, pese a la incomodidad que le provocaba su tobillo, que se llevó la peor parte de un agresivo y añejo encontronazo con Voro, en la actualidad delegado del Valencia, mantenía su buen humor. «¿La nueva indumentaria? Estoy muy cómodo, pero a mí me queda bien hasta un 'buzo'», comentaba entre risas.
Acomodado en la sala de prensa de Mareo, con alguna broma dirigida hacia los periodistas para retomar la relación -«otro año de aguantaros», soltaba con una sonrisa pícara-, el técnico cántabro comenzaba a diseccionar las líneas maestras de su nuevo proyecto y a abordar, sin titubeos, todos los frentes que se le planteaban en el horizonte.
Preciado se mostraba agradecido por la nómina de futbolistas que tenía en la plantilla y, sobre todo, algo a lo que recurrió varias veces durante los casi quince minutos de intervención que protagonizó, por la continuidad del grueso del bloque. «Estoy con mucha ilusión y un gran ánimo. Es una gozada volver aquí y ver a un equipo prácticamente hecho. Entrar en el vestuario y ver las mismas 'jetas' es un buen punto de partida y si a esto añadimos que la gente que ha venido nos va a ayudar en todo... Tengo muy buenas expectativas. Puede que haya alguien que se vaya o que venga, pero la base es un noventa por ciento de los futbolistas del año pasado», confesó de inicio.
Avaló la contratación de Ricardo León y de Óscar Trejo -del argentino dijo que era un futbolista «espectacular y diferente», educado en la filosofía de fútbol que mamaron Carmelo y De las Cuevas-. Y, de la evolución de la charla surgieron Armenteros, André Castro y José Ángel. Varios nombres que se apilaron encima de la mesa en busca de respuestas. «Vamos a ver si se marcha alguien o no, pero todos sabemos que la salida de Diego Castro deja abierta la posibilidad de que pueda venir alguien, pero ahora mismo, con el equipo que hay, podríamos empezar a competir perfectamente», explicó, antes de reconocer sobre el argentino que «está ahí desde hace mucho tiempo, pero cuando se hace mucho ruido a veces es contraproducente. Tenemos fe en que pueda venir, pero no es fácil».
Optimismo con André Castro
Más optimismo evidenció con el futbolista del Oporto: «Sé que lo último que hay es, si no se queda en Oporto, que parece que no está fácil que se quede, vendrá. Parece que va por buen camino». Y, sobre la incursión de Álex Menéndez en la pretemporada y la opción de que continúe en el equipo cuando comience el curso deportivo, reconoció que «mi apuesta es que el chaval esté, pero va a depender más de él». No obstante, también dejó entrever que espera alguna salida y, en ese sentido, aseguró que «no tengo ningún número en la cabeza, pero no es recomendable tener todas las fichas ocupadas (el límite está en 25). Lo que sí vamos a tener es dos jugadores por puesto y eso está bien».
Durante uno de los ejercicios de ayer, el técnico hizo que los futbolistas trabajaran por demarcaciones. La curiosidad quiso que en el grupo de los delanteros estuviera Nacho Novo y en el de los centrocampistas Óscar Trejo. Pero Preciado desvió la atención para evitar encasillarles con un irónico «eso es para engañaros».
Preguntado por sus registros en el banquillo del Sporting, club en el que cumplirá seis temporadas, además de ser el entrenador de Primera que más tiempo lleva en la actualidad al frente del mismo proyecto, el técnico recordó que «alguno tenía que haber y si soy yo, pues mejor. Parece mentira que después de tanto tiempo mantenga la ilusión del primer día o incluso más y que no se hayan cansado de mí».
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