jueves, 28 de julio de 2011

El Athletic empata a "0" con el Numancia

elcorreo.es (J. Mallo)

El periodo de rodaje del Athletic, que había marchado como la seda, redujo ayer en Los Pajaritos una velocidad. No entró en punto muerto contra el Numancia, pero los bilbaínos firmaron un encuentro sin el ritmo habitual, sin ese despliegue en el césped que habían plasmado en los duelos precedentes. Vamos, que fue un querer y no poder, también porque los sorianos fueron un rival de más enjundia que los anteriores. Pudieron ganar los bilbaínos, sí, pero también perder en un duelo que sirvió para ver el debut de Javi Martínez, que ejerció de 'stopper', e Iker Muniain. Sí, se vio que los conceptos se asimilan, pero anoche no se plasmaron con tanta efectividad.

Y eso que el Athletic arrancó con la quinta marcha, la que le encanta a Bielsa. Con una combinación casi perfecta -para que alcance el nivel óptimo la pelota tiene que acabar dentro y no ocurrió- entre Iraola e Igor por la derecha, los bilbaínos mandaron su primer aviso. Se presentaron con esa tarjeta de velocidad, presión y juego por los laterales que han venido realizando en anteriores duelos de pretemporada. Pero ayer no iba a ser una jornada como las pasadas. Ni los rojiblancos fueron capaces de marcar ese ritmo infernal, ni el Numancia fue un oponente como el Alzira, de Tercera, un Werder Bremen que estaba para el arrastre, y un Southampton que sí puso garra, pero que acaba de ascender a la segunda británica. Los sorianos, en suma, se presentaron como un aguerrido conjunto de Segunda, serio en defensa y valiente en ataque, que puso en apuros en más de una oportunidad a Iraizoz primero y luego a Raúl.
Quizá porque no se lo esperaba -quizá, hay que ponerlo en duda, porque Bielsa nunca deja casi nada al azar, y uno de sus emisarios se informó antes del encuentro del oponente-, quizá porque las piernas pesan por la gran cantidad de kilómetros y horas de entrenamiento, lo cierto es que el Athletic sólo dejó pinceladas de lo que su técnico ansía. Es verdad que los laterales se comportaron como carrileros, tanto Castillo y, sobre todo, Iraola. De hecho, por la banda del internacional llegó el mejor centro para Llorente, que ayer tuvo el punto de mira desviado, al contrario de lo que ocurrió en Alzira. Solo, en una de las pocas veces que los centrales le liberaron, lanzó un cabezazo franco fuera.
No era el día. Sí, también hubo intención de presionar, de tocar y tocar, de amasar el balón por el piso, con un 4-1-4-1 (Pablo Orbaiz de pivote y Llorente en punta), pero las fuerzas parecían fallar, que se habían ido por la acumulación de horas de trabajo. Por el cansancio, en una palabra, propio de la pretemporada. Un tanto bloqueadas las piernas, y también la cabeza. Sin ideas en ataque, sin Ander Herrera con tanta claridad, con Iturraspe que se ofrecía, pero que no culminaba... Y a Bielsa que no le gustaba. Se desesperaba el rosarino en el banquillo, y componía esa imagen impactante, que da respeto -si estás sobre el césped tiene que imponer-, con gritos constantes al borde del área técnica y su folio en la mano. Mientras, el Numancia seguía a lo suyo, a tratar de sorprender a Iraizoz en su partido de presentación, y casi lo logra con Bedoya, por ejemplo, al filo del descanso.
Ligera mejoría
Un intermedio que deparó otro partido. No es que los jugadores descansasen, y todo cambiase. No. Es que los titulares de ambos equipos se fueron a la ducha y salieron once nuevos futbolistas por cada formación. Y, de esta manera, se produjo el esperado estreno de Javi Martínez e Iker Muniain después de que ambos hayan seguido un plan específico de puesta a punto tras su triunfal Europeo Sub'21. No fue sólo 'culpa' suya, pero el cuadro de Bielsa mejoró en la segunda mitad.
Eso sí, el Numancia también inquietó a Raúl en más de una ocasión, pero los rojiblancos plasmaron cierta mejora, tampoco es que pasaran del blanco al negro ni del cuatro al ocho. Aunque las sensaciones eran más dulces, y se pudo ver un poco de lo que quiere el argentino de Javi Martínez. Porque era una de las incógnitas tras el buen campeonato continental firmado por el navarro en la posición de 'stopper', un poco por delante de la defensa. Y, ¿adivinan cómo le colocó el rosarino? Sí, han acertado, en ese lugar, delante de una línea de cuatro formada por Gurpegui -otra vez de lateral diestro-, Aitor Ocio, Ustaritz -se llevó un tremendo golpe en la mandíbula que casi le deja ko-, y Saborit. Es cierto que el de Ayegui no deleitó a la gente con esos derroches de fuerza, esas galopadas marca de la casa. Su misión era estar ahí, frenar al rival, y también le pesó el hecho de que cumplía sus primeros minutos de partido en la pretemporada. Se le notó un poco falta de frescura, normal por otra parte.
Mientras, para Iker Muniain tiene reservada la izquierda. Por banda, en otra línea de cuatro -en la segunda parte también tiró Bielsa de un 4-1-4-1 con Toquero en punta-, con Susaeta, David López, De Marcos y el navarro de La Chantrea. Los Pajaritos le agradeció dos o tres de esas fugaces internadas, sin resultado efectivo en el marcador. Y es el Athletic pasó más tiempo en el césped rival que en la primera mitad. Pisó más el área del Numancia con una clara ocasión de De Marcos a pase de Gurpegui, que se marchó al fondo por poco.
Pero nada. El tiempo pasaba y el gol no surgía. Lo que sí ocurrió fue un cambio un tanto sorprendente, la sustitución de Saborit, lateral izquierdo, por Ruiz de Galarreta, al que colocó en esa posición Bielsa. Pasó un apuro inicial, aunque el 'leoncito' trató de cumplir con su misión de subir al ataque. No lo logró, como el Athletic tampoco en mantener su racha de victorias en pretemporada. Y gracias, porque a tres minutos del final Raúl se esforzó al máximo -ya ocurrió contra el Southampton- para mantener su portería a cero. El domingo, otra prueba contra el Catania para recuperar la velocidad. Meter otra vez la marcha.

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