lunes, 18 de julio de 2011

Acabaron "reventados"

eldiariomontanes.es (Rafa Torre Poo)

«Estoy tieso colega. Me cuesta reaccionar, estoy lento de reflejos». Las palabras de Toño al término de la primera parte del encuentro de ayer frente al Wacker-Burghausen resumen perfectamente la imagen que dio el Racing sobre el terreno de juego. Fue un continuo querer y no poder, con más ganas que eficacia, con un equipo bajo mínimos a falta de los refuerzos y frente a un rival de menor entidad pero que puso toda la carne en el asador para intentar amargar a un equipo de la Primera División española. La conclusión, empate sin goles ante un Tercera en la puesta de largo.

El Racing demostró ayer que aún le falta mucho para llegar a ser un equipo «competitivo», como dijo Cúper. Al menos, si el argentino quiere luchar de tú a tú contra el resto de clubes que desde la primera jornada liguera lucharán por no descender. Sin embargo, el entrenador terminó contento, sobre todo, porque el choque concluyó sin que hubiera lesionados, que era a lo que más miedo tenía. El rival, Wacker-Burghausen, sería equiparable a un Segunda B español. Para ellos, el partido tenía algo de fiesta. «Estamos encantados de teneros con nosotros», voceaba el 'speaker' del conjunto blanquinegro instantes antes de que comenzara el partido. La estrella del equipos es su entrenador, Rudi Bommer, un exfutbolista que jugó en la selección alemana. Él se llevo todos los aplausos de un público mucho más frío que el que habita los estadios españoles.

Para empezar, y ante los más de 30 grados centígrados que había en el Wacker Arena a las dos de la tarde, Cúper sacó, por decirlo de alguna forma, el teórico equipo titular, ese que tendría que utilizar si el campeonato liguero comenzase mañana mismo. Toño en portería, por detrás de una línea defensiva compuesta por Francis y Cisma en los laterales, con Álvaro y Osmar como pareja de centrales. En la medular, Adrián y Diop, con Kennedy y Arana en las bandas. La punta, ante la falta de delanteros natos, recayó en Munitis y Luque. Uno más posado, el veterano, y otro, el joven, más rápido. La combinación que más le gusta al técnico argentino, si no fuera porque esa posición no es la mejor para ninguno de los dos. «A mí me gusta jugar más de extremo», señalaba Luque a la conclusión.

Álvaro a buen nivel

Lo mejor de la primera mitad -casi lo único- fue volver a comprobar que el canterano Álvaro comienza la temporada dejando las mismas buenas sensaciones con las que acabó y que hicieron que subiera al primer equipo. Serio, correcto... Desde su posición se encargó de dirigir a una defensa donde Osmar jugó a una velocidad menos que el resto y con Francis y Cisma intentando cumplir. Sin embargo, todas las oportunidades que llegaron fueron del Burghausen, aunque ninguno de los dos equipos logró desbordar y, cuando lo hacían, era sin peligro para el área contraria. La mejor ocasión llegó del lado blanquinegro. Un cabezazo dentro del área que puso en apuros a Toño. El guardameta logró atajar el esférico con una buena estirada. Después llegó el turno del Racing. A una jugada trenzada a la perfección entre Luque y Munitis al borde del área le faltó el acierto de Kennedy, que mandó el balón alto.

Falta mucho para sacar conclusiones, pero Cúper dejó gestos. Para a intentar conseguir mayor profundidad en las bandas, mandó a Arana y Kennedy que cambiasen la posición. El sevillano pasó de la derecha a la izquierda y el sueco hizo lo contrario. Pero el cambio se quedó en la intención y el partido llegó al final del primer episodio con los alemanes haciendo daño con el juego aéreo.

Una vez probado el once titular, la segunda parte le sirvió al nuevo técnico para ver a los canteranos. Para eso sirven las concentraciones. Además, el técnico quería evitar era que alguno de sus escasos efectivos de ciertas garantías cayese lesionado. «Aún es pronto para que el balón sea un amigo», recalcaba Cúper al finalizar el partido.

De esta forma, en la segunda mitad el Racing fue un equipo completamente distinto. Entraron Borja García, César de la Hoz, Jairo, Javi Martínez, Christian, Edu Bedia, Docal, Arcas y Picón. El míster quería verlos para ir analizando detenidamente el rendimiento de cada uno.

Más cansados

A medida que iban avanzando los minutos, el Racing se iba diluyendo. Cada vez pesaban más las botas y las espinilleras. Por su parte, el conjunto alemán -que también hizo muchos cambios- siguió haciendo más daño. El Wacker-Burghausen comienza esta semana la liga y ya lleva un mes de pretemporada. La diferencia física era tan obvia como, a priori, debía ser la de calidad entre los dos equipos.

Ni el empuje de los jóvenes buscándose un futuro les sirvió para conseguir al menos un tanto. Un mal, el de la falta de gol, que a este paso va camino de convertirse en eterno en el Racing.

Aunque no es excusa como dijo Cúper al finalizar el partido, a su equipo se le notó que no está acostumbrado ni a jugar a las dos de la tarde, ni a desayunar a los ocho de la mañana y, mucho menos, a comer a las once. El Wacker demostró ser un digno rival que disfrutó el empate conseguido en el partido de presentación de la afición. Lo más destacado y positivo para Cúper fue que su equipo no registró ninguna baja. «Sólo hay alguna pequeña molestia en los isquiotibiales, pero nada que les impida entrenar mañana», explicó el doctor Mantecón. Eso es lo más importante, pero en la libreta del técnico hay muchos garabatos en la zona del 'necesita mejorar'. De entrada, para hoy, ya en Austria, les ha puesto una doble sesión. Eso y llamar a Santander para ver si le fichan a alguien.

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